Ingredientes:
6
huevos
150
gr. de azúcar
1
cucharadita azúcar vainillado
2-3
gotas esencia de limón
600
gr. de queso cremoso estilo Philadelpia
400
gr. de nata 35% m.g
200
gr. de mermelada de arándanos
150
gr. de galletas tipo digestive
Preparación:
Ponemos
en un cazo amplio, los huevos, el azúcar, el azúcar vainillado,
esencia de limón y el queso cremoso. Con unas varillas eléctricas y
a poca velocidad comenzamos a mezclar mientras, mantenemos el fuego a
mitad de potencia. Mezclamos bien hasta que sea una crema sin grumos,
unos 8 minutos.
El
resultado es una especie de crema pastelera o natillas espesas. Lo
retiramos del recipiente y lo ponemos en un tupper o en una bandeja
metálica en el congelador, durante 5-6 horas (cuando esté
templado).
Montamos
la nata. Cortamos en cuadrados la preparación básica que hemos
hecho y congelado anteriormente (es para facilitar el triturado). En
una batidora de vaso, o con una batidora normal ponemos la crema
cortada en trozos y la nata, y batimos hasta que tengamos una mezcla
homogénea y cremosa. Todos los trozos tienen que quedar bien
triturados entre la nata.
Rompemos
las galletas en trozos del tamaño de una avellana y los ponemos
sobre la crema. Procura distribuirlos por toda la masa.
Ponemos
cucharadas de mermelada y mezclamos con cuidado para que quede por
todo el helado, de forma irregular.
Lo
guardamos en un tupper en el congelador mínimo 6 horas y listo para
degustar.
NOTA;
Si
no tenemos una batidora de vaso potente, es mejor sacar un rato antes
del congelador la preparación básica, para que esté poco menos
dura.
La
mermelada al gusto de fresas o de arándanos.
Para
hacerlo totalmente al gusto es mejor ir añadiendo tanto las galletas
como la mermelada poco a poco.
Cuanto
más amplio sea el tupper en el que congelemos la crema básica, más
fácil sera después trituralo. A mayor superficie quedará más fina
la capa.
Una
vez que el helado esté completo ya lo puedes congelar en un tupper
rectangular.
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