Ingredientes
300 gr. de harina de trigo
200 ml. de agua templada
1 cubo de levadura de panadería
2 cucharadas de aceite de oliva
1 pizca de sal
1 pizca de azúcar
Preparación:
Esta receta tienes que hacerla con tiempo para que
la masa repose.
Ten preparado un cuenco con harina extra para la
hora del amasado.
En un bol, pon la harina tamizada (pasada por un
colador) y haz un hueco en el medio como si fuese un volcán. Calienta el agua
hasta que esté templada, no es necesario que hierva. Pon las dos cucharadas de
aceite en el centro del volcán, añade la levadura desecha entre los dedos, la
pizca de sal y la cucharadita de azúcar (pequeña de café) y empieza a mezclar
con los dedos mientras vas añadiendo el agua.
Comienza amasando la mezcla con una mano, deja la
otra libre para añadir más harina.
Amasa bien, al principio toda la masa se te va a
quedar pegada en la mano, vete añadiendo un poco de harina hasta que deje de
pegarse a las manos, ese será el momento en que esté lista.
Ahora deja reposar la masa al menos 30 minutos en
el bol, tapada con un paño limpio y preferiblemente en un lugar que no le de el
aire (en el horno o microondas apagados).
Pasado este tiempo puedes ver que la masa ha
aumentado de tamaño, vuelve a amasarla y puedes comenzar a estirarla para
preparar la pizza.
Precalienta el horno a 200ºC, deja la bandeja en su
interior para que esté caliente.
Estira la masa hasta que esté fina pero sin
romperse. Dale forma redonda utilizando como plantilla un plato llano. Colócala
sobre papel de horno para seguir trabajándola.
Añade los ingredientes al gusto.
NOTAS:
Es mejor tener la bandeja hasta el último
momento en el horno encendido para que
se haga la masa inferior de la pizza, sino quedará poco hecha y gomosa.
No olvides tener harina sobre la encimera cuando
estires la masa para que no se quede pegada.
Cuanto más dejes reposar la masa mejor estará.
Puedes hacerla por la mañana para la noche o el día antes.
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