Ingredientes:
1 kg de harina de maíz
1/2 litro de agua
Sal
Aceite de oliva
500 gr. Picadillo de chorizo
Un trozo de cabrales (250 gr. aprox)
Preparación:
Ponemos el agua al fuego añadiéndole un chorro de aceite. El agua debe calentar hasta poco antes de hervir, sin que la ebullición comience y, justo entonces, la retiramos y echamos sobre la harina ayudándonos con una cuchara de madera para que impregne y se reparta proporcionalmente.
Empezamos a amasar, apretando y aflojando la masa una y otra vez para lo que usamos exclusivamente las manos.
Hacemos una bola compacta y elástica que no se pega a los dedos. Dejamos reposar la masa cubierta con un paño limpio humedecido en agua.
Una vez que haya reposado ya podemos ir formando los tortos, hacemos bolitas de masa y las vamos aplastado y dando forma, yo los suelo hacer del tamaño de un vaso de sidra, así evitaremos que si son muy grandes se rompan al manipularlos y ponerlos en la sartén.
Hay que freírlos en aceite de oliva bien caliente y no les quitéis ojo por que en cuestión de segundos doran y están listos para darles la vuelta y sacarlos.
En un recipiente a parte tendremos preparado el picadillo de chorizo, y en el último momento le añadimos el queso de cabrales y damos un par de vueltas todo junto.
NOTAS:
Dependiendo del harina en ocasiones hace falta un poco más de agua, pero poco, eso se va notando al amasarlos.
Puedes preparar la masa y comerla en el momento, o sino puedes congelar los tortos una vez hechos, envuélvelos individualmente en papel film para que no se peguen y puedas sacar los que quieras la próxima vez.
Si los haces de un día para otro la masa adquiere muchísimo más sabor, solo tienes que tener la precaución de dejarlos tapados con un paño húmedo.
